El Gobierno norirlandés de poder compartido entre católicos y protestantes ha entrado en una nueva crisis tras la dimisión hoy del viceministro principal, el nacionalista Martin McGuinness, lo que podría forzar la convocatoria de elecciones autonómicas.
McGuinness abandonó su cargo en protesta por la gestión de un supuesto caso de corrupción en la política de energías alternativas del Ejecutivo de Belfast, encabezado por la ministra principal y líder del mayoritario Partido Democrático Unionista (DUP), Arlene Foster.
La decisión del "número dos" del Sinn Féin, antiguo brazo político del inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), podría provocar la convocatoria de unas elecciones autonómicas si cae el Gobierno de la provincia británica, en el que, no obstante, son habituales las tensiones entre los dos grandes partidos regionales.
"Si él está jugando, si el Sinn Féin está jugando y creen que voy a ceder están equivocados. No dimitiré y, si se convocan elecciones, habrá elecciones", dijo Foster al valorar la apuesta política efectuada por el movimiento republicano.
Según recordó hoy McGuinnes, Foster se ha negado a "proceder adecuadamente" para investigar el funcionamiento del llamado "Plan de Incentivos para el Calor Renovable" (RHI), que ella misma introdujo en 2012, cuando era titular de Empresas, Comercio e Inversión.
El Sinn Féin ya había pedido el pasado diciembre la dimisión temporal de Foster para aclarar este asunto pero la dirigente protestante se negó, lo que ha ahondado la crisis entre ambas formaciones.
El partido republicano sigue pidiendo que una comisión independiente investigue este caso y determine si ha habido corrupción en la gestión del RHI, cuyas irregularidades podrían costar a las arcas públicas norirlandesas unos 400 millones de libras (478 millones de euros).
McGuinness explicó que "lamenta profundamente" tomar esta decisión, pero recordó que Foster no ha querido "mantenerse al margen" mientras se investiga este caso, por lo que su posición "no es creíble o sostenible".
También dejó claro que el Sinn Féin no le sustituirá en el puesto de viceministro principal, por lo que parece inevitable la convocatoria de comicios regionales próximamente.
"Necesitamos ahora elecciones para dejar que la gente decida democráticamente sobre esta cuestión, en las urnas", dijo McGuinness.
El excomandante del IRA durante el pasado conflicto reiteró que la ciudadanía está escandalizada por el "despilfarro" de dinero público y las acusaciones de supuesta corrupción cometida en torno al citado plan.
"El pueblo exige que se tomen medidas contundentes y se asuman responsabilidades, pero el DUP, en particular su líder, Arlene Foster, se han negado a ello", subrayó McGuinness.
De acuerdo con los contenidos del acuerdo del Viernes Santo (1998), que puso fin al pasado conflicto norirlandés, el Gobierno de poder compartido no puede funcionar si el ministro principal o su adjunto, McGuinness en este caso, abandonan el puesto, pues ambos cargos tienen el mismo estatus.
En consecuencia, si uno de ellos dimite el otro también pierde su posición automáticamente, situación que obligaría a disolver la Asamblea autónoma y celebrar unos comicios regionales.
Un portavoz del Gobierno británico indicó que la primera ministra del Reino Unido, la conservadora Theresa May, se mantiene informada del asunto y que el ministro para Irlanda del Norte, James Brockenshire, "está en contacto con los actores de la provincia para animarles a que sigan dialogando".
También el ministro irlandés de Asuntos Exteriores, Charlie Flanagan, aseguró que ha hablado por teléfono con McGuinness y Brockenshire para seguir de cerca este asunto.
"Si, como parece, se necesita convocar nuevas elecciones, queremos que todos los partidos actúen con responsabilidad para que las instituciones políticas salidas del acuerdo (del Viernes Santo) no resulten dañadas a largo plazo", dijo el jefe de la diplomacia del Gobierno de Dublín.
Con información de: EFE