El cardenal y arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla, comentó sobre el proceso de santificar al padre "Cacho" fallecido en 1992, por el Vaticano y la iglesia uruguaya, reseñó la agencia de noticias EFE. "Fue un sacerdote muy entregado en toda su vida apostólica, pero hacia el 1975, cuando tenía menos de 40 años, llevó adelante la experiencia de ir a vivir entre los más pobres", recordó Sturla.
Redacción El Político
El padre "Cacho", como era conocido por todos, se llamaba Rubén Iisidro Alonso, llevaba una vida con un sentido espiritual. "Como él decía y dejó escrito: ‘sé que ahí habita Dios, por eso yo quiero vivir allí, porque quiero encontrarme con Dios'", aseguró el arzobispo de Montevideo, recordando un escrito que dejó el padre "Cacho", quien se retiró en su momento de la parroquia y se ubicó en un asentamiento de Montevideo.
El cardenal lo describe como una persona humilde, pero gracias a esto la gente a su al rededor fue tomando conciencia de su propia dignidad. El padre "Cacho" incentivó diferentes proyectos como brindar soluciones habitacionales a personas que vivían en ranchos.
"Suscitó en la gente el deseo de acercarse a ese Dios de la fe cristiana y la misma gente le pidió la celebración de los sacramentos", sostuvo Sturla, que explicó cuáles son los pasos que debe seguir el proceso de santificación.
En este sentido, el religioso señaló que la historia del padre ‘Cacho’ fue presentada y aceptada por el Vaticano, por lo que decidió nombrarlo siervo de Dios e iniciar el procedimiento que eventualmente podrá terminar en la santificación.
"Una vez que vaya avanzando el proceso, que es muy riguroso en su procedimiento, se concluye y se envía a Roma, donde se estudia para ver si el padre ‘Cacho’ vivió heroicamente las virtudes cristianas", explicó Sturla, que aclaró que el proceso puede llevar varios años.