Las diferencias entre el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, y el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, sobre la crisis política en Venezuela quedaron evidenciadas este lunes.
Por Redacción El Político
Lavrov y Pompeo se reunieron en Finlandia y tras el encuentro se concluye que el único punto que tienen en común es que, al menos de momento, ninguno de los dos es partidario de una intervención militar en el país.
Ambos funcionarios mantuvieron en Rovaniemi, capital de Laponia, una reunión cara a cara desde la cumbre EEUU-Rusia de Helsinki del pasado julio.
Al término de este encuentro, celebrado en el marco de una reunión ministerial del Consejo Ártico, el portal Miami Diario, reportó las declaraciones de Lavrov tras la reunión en Rovaniemi, Finalandia, en las que aseguró que una intervención militar en Venezuela sería catastrófica e injustificada.
“Estamos categóricamente en contra de una intervención militar. El uso de la fuerza solo puede ser autorizado por el Consejo de Seguridad de la ONU o utilizada en respuesta a una agresión contra un Estado soberano. En Venezuela no se observa nada parecido a esto”, afirmó Lavrov.
"Estamos viendo una campaña sin precedentes dirigida por #EstadosUnidos para derrocar al gobierno legítimo de #Venezuela. Condenamos esa campaña que viola todos los principios de las leyes internacionales recogidas en la Carta de la #ONU"
Serguéi Lavrov, canciller ruso. ?? (poc) pic.twitter.com/tbob6TBWFI
— DW Español (@dw_espanol) May 5, 2019
Por otro lado, respondiendo a periodistas, Pompeo dijo que el presidente en disputa Nicolás Maduro «tiene que ver que esto se está desmoronando».
«La situación en el terreno sigue empeorando para el pueblo venezolano. Esta semana, mientras Maduro logró mantener el control del ejército en algunos aspectos, hubo muchos militares que se fueron, un oficial de inteligencia superior se fue», dijo Pompeo.
Venezuela es uno de los puntos de fricción más calientes entre Estados Unidos y Rusia, ya que Washington lidera el respaldo internacional a Guaidó, quien se proclamó presidente encargado de Venezuela en enero pasado, mientras que Moscú es un firme aliado de Maduro.
Ambos se acusan mutuamente de injerir en la política venezolana para situar al país bajo su esfera de influencia.