Michelle Luján Grisham no genera tanto revuelo como otras potenciales compañeras de fórmula de Joe Biden. Pero tiene una trayectoria que pocos pueden igualar.
El Político
La gobernadora de Nuevo México tiene experiencia en funciones ejecutivas, fue representante nacional y secretaria de salud de su estado. En la lucha contra el coronavirus, tomó medidas firmes –incluidas el uso obligatorio de barbijos y la invocación de una ley antimotines estatal para aislar una ciudad– que se cree salvaron vidas.
Está asumiendo posturas cada vez más duras hacia Donald Trump, quien envió agentes federales a Albuquerque para combatir una ola delictiva a pesar del escepticismo reinante en torno al momento y las intenciones de la iniciativa.
Michelle Luján Grisham no genera tanto revuelo como otras potenciales compañeras de fórmula de Joe Biden. Pero tiene una trayectoria que pocos pueden igualar.
La gobernadora de Nuevo México tiene experiencia en funciones ejecutivas, fue representante nacional y secretaria de salud de su estado. En la lucha contra el coronavirus, tomó medidas firmes –incluidas el uso obligatorio de barbijos y la invocación de una ley antimotines estatal para aislar una ciudad– que se cree salvaron vidas.
Está asumiendo posturas cada vez más duras hacia Donald Trump, quien envió agentes federales a Albuquerque para combatir una ola delictiva a pesar del escepticismo reinante en torno al momento y las intenciones de la iniciativa.
Además, es una de las figuras hispanas más prominentes del país en momentos en que la comunidad hispana registra el crecimiento demográfico más rápido entre los ciudadanos que pueden votar.
Biden ha dicho que quiere una mujer como vicepresidenta, pero Luján Grisham ha sido opacada por otras candidatas más conocidas, como las senadoras Kamala Harris y Elizabeth Warren. Luján Grisham, no obstante, no pierde las esperanzas y dice que apoyará a Biden de cualquier forma posible y le daría más posibilidades de arrastrar el voto hispano, que podría ser decisivo.
“El voto hispano va a ser fundamental”, dijo Luján Grisham la semana pasada en un acto de recaudación de fondos de Biden. “Tú lo sabes. Yo lo sé. El ocupante de la Casa Blanca lo sabe”.
Biden no puede darse el lujo de ignorar esa realidad. El Centro de Investigaciones Pew calcula que hay unos 32 millones de hispanos en condiciones de votar. Los hispanos representan el 20% de los ciudadanos habilitados para votar en la Florida y el 24% en Arizona, dos estados cruciales sin un partido hegemónico.
En las primarias demócratas, los hispanos apoyaron en forma abrumadora a Bernie Sanders, el rival liberal de Biden.
Biden, no obstante, enfrenta fuertes presiones para seleccionar una compañera de fórmula de raza negra en momentos en que el país lidia con un racismo institucionalizado y la brutalidad policial.
Elegir una hispana para vicepresidenta “sería la estrategia electoral más inteligente”, sostuvo Chuck Rocha, estratega demócrata de Washington, oriundo de Texas. “Aunque tal vez no sea lo mejor en el plano político. La mejor elección política sería una mujer de raza negra”.
Luján Grisham llegó a la gobernación con la promesa de mejorar la educación pública, erradicar la pobreza y expandir una economía muy dependiente de la producción de petróleo, iniciativas todas que ahora quedaron en suspenso por el COVID-19.
Con información de AP News