Mucha agua ha corrido desde que Milwaukee acogió el primer debate entre los precandidatos del Partido Republicano.
El Político
Aquel 23 de agosto, ocho preaspirantes se veían las caras en un evento que fue organizado por la cadena FOX News.
Desde entonces, el Comité Nacional Republicano (NRC, por sus siglas en inglés) ha estado subiendo la vara.
Actualizaciones frecuentes de los requerimientos a cumplir por cada precandidato han complejizado la participación en cada encuentro.
Entre las nuevas normas y las bajas (como la del vicepresidente Mike Pence, quien abandonó la batalla por la nominación), el grupo de preaspirantes se redujo a cinco.
Todos llegaron este miércoles a Miami, una ciudad que se blindó para recibir la tercera edición del cara a cara.
La cita, organizada en esta ocasión por la cadena CBS, se efectuó Adrienne Arsht Center for the Performing Arts.
Sobre el escenario se presentaron Nikki Haley, ex gobernadora de Carolina del Sur y Tim Scott, senador por ese mismo estado.
Ambos estuvieron acompañados por Chris Christie, ex gobernador de Nueva Jersey y Vivek Ramaswamy, un magnate de éxito en los negocios con poca experiencia en la arena política.
Como local jugó Ron DeSantis, gobernador de Florida y segundo en intención de voto entre los electores republicanos.
Acortar distancias
Al igual que en las últimas dos ocasiones, el ex presidente Donald Trump se ausentó del debate.
El mandatario repitió la fórmula y, mientras sus colegas se lanzaban dardos en el Adrienne Arsht Center, él se reunía con la comunidad de Hialeah.
La localidad, habitada en su mayoría por ciudadanos cubano – estadounidenses, es considerada un bastión del Partido Republicano.
Trump, quien goza de un favoritismo que supera 60%, luce como el seguro ganador de las primarias republicanas.
Por esa razón, los preaspirantes que debatieron este 08 de noviembre buscaron, entre otras cosas, acortar las distancias.
El principal interesado en hacerlo fue Ron DeSantis. Desde que anunció su campaña, el mandatario regional se ha mantenido atascado en el segundo puesto de los sondeos.
Actualmente, DeSantis es apoyado por casi 20% de los votantes. Con ese número, la diferencia de 40 puntos que le separa de Trump es más que evidente.
Más atrás, pero aún en carrera, permanece Nikki Haley. La lideresa, única mujer entre todos los preaspirantes, está a 10 puntos porcentuales de Ron DeSantis.
“Partido de perdedores”
Al contrario de lo que podría pensarse, los primeros minutos del debate se centraron en una revisión del performance exhibido por el Partido Republicano.
La tolda, que sufrió reveses en 2018, 2020 y 2022, es, a juicio de Vivek Ramaswamy, lo más parecido a un “partido de perdedores”.
“Tenemos que tomar responsabilidad”, sentenció el multimillonario, quien no dudó en cargar contra Ronna McDaniel, presidente del Comité Nacional Republicano.
En sintonía con Ramaswamy se mostró Ron DeSantis. El gobernador floridano aprovechó sus primeras palabras para expresar su hartazgo.
“Estoy cansado de ver a los republicanos perder”, indicó, mientras intentaba vincular al ex presidente Trump con los resultados desfavorables.
Guerra contra Hamás
Tal y como vaticinaban los analistas, el conflicto que se desarrolla en Oriente Medio dominó buena parte de la agenda.
Para los votantes es importante conocer qué postura tienen los precandidatos con respecto al apoyo que brinda Washington a Israel.
🇺🇸📹 | Durante el tercer debate republicano que ocurrió este #8Nov en Hialeah, Florida el candidato y actual gobernador de ese estado, Ron DeSantis (@GovRonDeSantis) dejó clara su posición sobre las distintas manifestaciones antisemitas que han ocurrido en Estados Unidos luego… pic.twitter.com/aXHWUpsxum
— EL POLÍTICO (@Elpoliticonews) November 9, 2023
Quizá por su experiencia como diplomática (fue representante permanente en la ONU), Nikki Haley encaró el tema.
“Estados Unidos necesita a Israel”, comentó sin inmutarse. “(Israel) tiene que eliminar a Hamás y debemos apoyar a Israel cuando lo necesite”, enfatizó.
Ucrania en segundo plano
La confrontación entre Israel y Hamás condujo a otro asunto vital para los electores: la guerra que se libra en Ucrania, luego de la invasión rusa.
Sobre ese particular se pronunció Tim Scott. El senador criticó a la Casa Blanca por vincular la ayuda al Gobierno israelí con la asistencia que se le otorga a Kiev.
Por su parte, Vivek Ramaswamy aseguró, en tono de burla, que ningún preaspirante, excepto él, “podría nombrar” las provincias de Ucrania que Rusia ha ocupado.
El magnate, quien no respalda del todo el apoyo financiero al Gobierno y el Ejército ucraniano, aseguró que el hecho de que Putin sea malo no significa que Ucrania sea bueno.
¿Con China o contra ella?
El primer caucus republicano tendrá lugar en Iowa. La votación, que se efectuará en enero, representará el pistoletazo de salida de las primarias efectuadas por el partido.
Para los electores de Iowa, las relaciones (o las tensiones) entre Estados Unidos y China representan una temática de interés.
Conscientes de tal realidad, los moderadores del debate de este miércoles consultaron la posición de los preaspirantes con respecto a Pekín.
Tras la pregunta, Ron DeSantis picó adelante. El mandatario fustigó con dureza a Nikki Haley, su rival más cercana.
DeSantis rememoró que, durante su estancia como embajadora ante el sistema de Naciones Unidas, Haley calificó a China como “nuestro gran amigo”.
Tras la intervención, Vivek Ramaswamy recordó al gobernador que no debería acercarse a la candela.
El multimillonario resaltó que el líder floridano se ha beneficiado con dinero procedente de donantes chinos.
Con un enfoque pragmático, Ramaswamy afirmó que “no nos podemos poner duros con ellos (con China) porque dependemos de ellos para nuestra forma de vida”.
Venezuela no quedó por fuera
Uno de los logros del debate de este 08 de noviembre radicó en el hecho de que permitió perfilar la política exterior de cada precandidato.
Por tratarse de un país cercano, que incluso negocia con Estados Unidos, Venezuela no quedó por fuera del radar.
Consciente de la importante diáspora venezolana que hace vida en Florida, Ron DeSantis saltó de primero.
“Voy a apretarle los tornillos al régimen de Venezuela”, dijo el gobernador. DeSantis abundó en calificativos y tildó a la venezolana como “una dictadura corrupta”.
Con un tono menos duro, Nikki Haley hizo mención de los migrantes venezolanos.
Desde que Venezuela vive en crisis humanitaria compleja, Estados Unidos ha recibido a más de 540.000 ciudadanos procedentes de la República Bolivariana.
Con tal realidad en mente, Haley expresó que “ellos (los venezolanos) necesitan que hagamos todo lo que podamos para sancionar a (Nicolas) Maduro”.
De igual modo, la ex diplomática se pronunció a favor de mantener el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) que concede legalidad a los venezolanos que gozan de ese beneficio.