Organismos internacionales humanitarios y políticos argentinos y estadounidenses se reunieron hoy en Buenos Aires para reafirmar el compromiso que Argentina adoptó en la lucha por el trabajo forzoso e infantil tras la ratificación de la Alianza 8.7, un tratado de cooperación de la ONU.
La reunión constó de una mesa de diálogo organizada por Unicef, la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) en Argentina y actores políticos y sindicales, como el secretario de Trabajo de los Estados Unidos, Thomas Edward Pérez, quien resaltó los "esfuerzos" de Argentina para combatir estas formas de esclavitud.
"Sus esfuerzos son importantísimos y tenemos más fuerza cuando trabajamos juntos", enfatizó Pérez.
El secretario de Trabajo estadounidense agradeció al Gobierno argentino el hecho de ser "pionero" en ratificar el protocolo de 2014, que sella el deber internacional de combatir la esclavitud moderna y destacó la necesidad de "convencer a 40 o 50 países" para que acepten el protocolo de aquí a 2018.
Este convenio se aprobó definitivamente el pasado miércoles en Ginebra y contó con la firma de nueve países, de los cuales Argentina es el único de América del Sur.
Por su parte, el secretario del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad argentino, Ezequiel Sabor, recordó que la "única forma" de que este tipo de esclavitud se erradique es con la creación de "trabajo decente".
"Permitiendo el trabajo esclavo e infantil, a los chicos les estamos quitando el futuro", dijo Sabor, quien añadió que Argentina "tiene que ser un país que siga liderando la región y siendo un ejemplo para ella".
Durante el cuadro de diálogo, Sabor destacó además que la IV Conferencia Mundial de Trabajo Infantil, que tendrá lugar en Argentina en noviembre de 2017, abarcará por primera vez el trabajo juvenil, que afecta a jóvenes preadolescentes.
Este evento reunirá durante tres días a líderes de organizaciones, sindicatos y fuerzas políticas que expondrán puntos en común para combatir la trata de personas y el trabajo infantil, como ya hicieran en la última edición celebrada en 2013 en Brasilia.
Por su parte, Hugo Yasky, secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), afirmó a Efe que los maestros "juegan un papel fundamental" para detectar talleres clandestinos o situaciones de esclavitud.
Para Yasky "existe una traba cultural", especialmente en las zonas rurales del país, en las que es un "hecho natural" que los niños trabajen, y lamentó que Argentina tuviera una percepción del trabajo infantil como delito penal "muy tardía".
"Son avances que se están dando pero que tienen que terminar con el cinismo del doble discurso, tenemos políticas que generan despidos y esa inestabilidad provoca que sean los niños los que trabajen", explicó el sindical.
De la misma manera, el fiscal titular de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), Marcelo Colombo, especificó que hay una serie de "mercados sensibles" a este tipo de esclavitud, que son el textil y el agrario.
También indicó que, desde 2008, se han contabilizado "alrededor de 1.800 víctimas" de explotación, la mayoría bolivianas, así como 90 condenas y 238 procesados en Argentina.
El informe sobre la Estimación Mundial sobre Trabajo Forzoso 2012 publicado por la página web ’50forfreedom’, indica que en toda Suramérica y América Central existen 1.800.000 víctimas de trabajo irregular, la tercera cifra mayor en el mundo por detrás de Asia y África.
Con información de: EFE