Una nueva amenaza que apuntaba a la jornada de este jueves ha puesto en alerta a la policía del Capitolio y ha llevado a la Cámara baja a suspender sus sesiones.
El Político
Estados Unidos se enfrenta a la amenaza duradera de un extremismo, cada vez más arrinconado y más fanático, que brota y crece dentro de sus propias fronteras.
El pasado 6 de enero no cayó “la tormenta”, aquella fantasía de tribunales militares y ejecuciones sumarias que anticipaba en un vídeo Ashli Babbit, veterana de la Fuerza Aérea de 35 años, después de atravesar el país para asaltar el Capitolio y antes de recibir un disparo mortal en el cuello mientras trataba de entrar por el ventanuco de una puerta a una sala donde se ocultaban los legisladores, reportó El País.
Amenaza de terrorismo doméstico
Consumado el relevo en la Casa Blanca, algunos seguidores han despertado de la fantasía en la que han vivido estos años. Han tratado de reconstruir los vínculos con sus familias y amigos, rotos en ese viaje fanático a una realidad paralela.
Pero los hay que han renovado sus votos de fidelidad a QAnon, retorciendo la realidad aun más para tratar de adaptarla a los tozudos acontecimientos.
Unos creen que en realidad Biden y Trump trabajan juntos en las sombras, otros sospechan que simplemente han intercambiado sus cuerpos.
Y muchos tenían el 4 de marzo marcado en sus calendarios como otra fecha clave. El día en que, esta vez sí, Trump sería investido de nuevo.
Policía del Capitolio y la Guardia Nacional en alerta a amenaza de terrorismo
Por eso, la policía del Capitolio y la Guardia Nacional estaban este jueves en alerta, después de revelar la víspera que habían recibido “información nueva y preocupante que indica interés adicional en el Capitolio entre el 4 y el 6 de marzo por parte de un grupo miliciano”.
La Cámara baja (no así el Senado) suspendió sus sesiones para esa jornada, en previsión de un posible intento de asalto al Capitolio.
Después de haber sido agarrados por sorpresa en la igualmente anticipada revuelta de enero, las fuerzas de seguridad y algunos congresistas se tomaron en serio la amenaza que apuntaba a este jueves.
La seguridad del perímetro del Capitolio lleva reforzada desde el asalto, y la policía de la institución pidió a otros cuerpos locales y federales que estuvieran preparados.
Grupos de extremistas ha disminuido
Pero los expertos coinciden en que la actividad y la capacidad de organización de los grupos de extremistas ha disminuido desde enero. Sus cuentas han sido desterradas de las principales redes sociales.
Están vigilados más de cerca por los agentes federales y la policía; que han arrestado hasta la fecha a cerca de 300 personas relacionadas con el asalto al Capitolio.
Y el elemento aglutinador que era Donald Trump está prácticamente silenciado, aunque el pasado fin de semana; en su primer acto público tras la investidura, insistió en las acusaciones infundadas de fraude electoral masivo.
Seguidores de QAnon
Sucede que, para los seguidores de QAnon, todos los presidentes de Estados Unidos desde Ulysses Grant son ilegítimos; lo mismo que todas las enmiendas a la Constitución aprobadas después de 1871, año en el que aseguran que se aprobó una ley que convirtió al Gobierno de Estados Unidos en una corporación.
Tal ley, por supuesto, solo existe en el imaginario conspiranoico. El mismo en el que el jueves, 4 de marzo de 2021, Donald Trump se disponía a convertirse.