Es el segundo del mundo con más contagiados después de Estados Unidos . Tiene más de un millón de personas con coronavirus
El Político
Las cifras trágicas se dan paso una tras otra en Brasil. La nación sudamericana alcanzó este domingo el sombrío récord de superar las 50.000 muertes por coronavirus, solo un par de días después de reportar más de un millón de casos.
Hasta la fecha, solo Estados Unidos de América había superado tal cifra de fallecidos, según el recuento que realiza la Universidad John Hopkins.
De acuerdo con datos del ministerio brasileño de Salud, 641 personas fallecieron en el país en las últimas 24 horas, lo que elevó el total de decesos a 50.617 mientras el de contagios creció a 1.085.038.
Sin embargo, los expertos creen que los números verdaderos son más altos debido a la falta de pruebas y a que la cima de la curva de contagios aún está por llegar.
La Organización Mundial de Salud (OMS) informó que este domingo se registró el mayor aumento en un solo día en los casos de coronavirus con más 183.000 en las últimas 24 horas.
Brasil confirmó el 26 de febrero su primer caso de Covid-19 y superó el millón de casos el pasado viernes.
El presidente derechista Jair Bolsonaro, quien ha rebajado la importancia de la enfermedad y la considera "un simple catarro", ha sido ampliamente criticado por su manejo de la crisis.
Bolsonaro ha cuestionado la eficacia del distanciamiento social, calificándolo de una medida para matar empleos más peligrosa que el virus en sí.
También ha promovido dos medicamentos contra la malaria como remedios: la cloroquina y la hidroxicloroquina, a pesar de la poca evidencia de que funcionen.
Mal manejo del combate contra Covid-19
Según cinco expertos de salud, los errores cometidos en Brasil para combatir el coronavirus son los siguientes:
1) Cumplimiento irregular del aislamiento social, porque
simplemente muchos no han cumplido con el aislamiento social propuesto hasta ahora o han abandonado la cuarentena a mitad de camino.
"Si pensamos en el país en su conjunto, el aislamiento fue muy irregular. En algunos lugares, prácticamente no existía", dice Raquel Stucchi, consultora de la Sociedad Brasileña de Enfermedades Infecciosas. Y la epidemióloga Raquel Martins Lana opina que "el aislamiento comenzó a relajarse en el momento más crucial".
“Como el virus tardó un tiempo en llegar a Brasil, las regiones del país incluso comenzaron a prepararse con anticipación. Lo estábamos haciendo relativamente bien, con tiempo para construir hospitales de campaña, aumentando el número de camas y obteniendo una cierta ventaja en la disminución de la transmisión", considera.
"La epidemia empezó más lenta en Brasil y hubo un ligero retraso en el colapso del sistema en algunos lugares. Pero cuando fuimos a atender eso, el aislamiento fue abandonado en muchos lugares y hubo un rápido aumento de casos graves".
"Si hubiéramos continuado con el aislamiento como al principio, probablemente ahora no necesitaríamos una medida radical como el aislamiento obligatorio", dice.
2) El anuncio de una futura relajación de la cuarentena
Para el epidemiólogo Paulo Lotufo, los funcionarios que anunciaron el levantamiento gradual de la cuarentena en el futuro cometieron un grave error. El Estado de Sao Paulo, por ejemplo, gobernado por João Doria, decidió adoptar el aislamiento social con cierta anticipación y al mismo tiempo aumentar la capacidad del sistema de salud.
3) Falta de restricción a la circulación vehicular durante
la temporada de Semana Santa en Sao Paulo. Muchas personas viajaron al interior del estado y a la costa. "Debió haber un bloqueo, donde nadie pudiera entrar o salir de la ciudad. Hubo una gran cantidad de ir y venir entre los municipios", indica.
4) La confusa actitud del presidente, ya que desde el comienzo de la pandemia en Brasil, el presidente Jair Bolsonaro ignoró abiertamente las reglas de distanciamiento social, alentando, participando e incluso causando aglomeraciones en la capital federal. El 15 de marzo, cuando el Ministerio de Salud recomendó evitar las multitudes y la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya había recomendado el asilamiento social, Bolsonaro celebró en su cuenta de Twitter los actos que ocurrían en todo el país, después de negar que él los hubiera convocado.
Llamó al Covid-19 una gripecita, minimizando la enfermedad en la televisión nacional el 24 de marzo. Además, salió a la calle causando una aglomeración y tomándose fotos con sus seguidores, entre ellos, personas mayores de 60 años, parte del grupo de riesgo de coronavirus.
Una de sus últimas apariciones violando claramente las recomendaciones de la OMS y su propio ministerio de Salud fue el domingo 3 de mayo, cuando fue a la rampa del Palacio de Planalto para hablar con sus partidarios. Sin mascarilla protectora y sin respetar el distanciamiento social, puso niños en su regazo para tomar fotos.
5) El desacuerdo entre Bolsonaro, gobernadores y alcaldes. Si bien el presidente minimizó la pandemia en Brasil y abogó por la continuidad del comercio para evitar daños económicos, los gobernadores fueron los primeros en adoptar medidas de aislamiento social en los estados brasileños para tratar de aplastar la curva de infección en el país. La disputa se ha prolongado desde el comienzo de la crisis. Bolsonaro incluso llegó a aseverar que la factura de muertos debería "enviarse a los gobernadores".
6) Los cambios sucesivos en el Ministerio de Salud, ya que en medio de la pandemia, el 16 de abril, Bolsonaro despidió a su ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta. Brasil aún no había alcanzado el pico de la epidemia y estaba creciendo en contaminación.
Antes de la renuncia de Mandetta, hubo semanas de enfrentamientos públicos entre Bolsonaro y su ministro. principalmente porque el presidente no estaba de acuerdo con sus declaraciones a favor de las medidas de aislamiento social.
Ahí no terminaron los problemas. El oncólogo Nelson Teich, que Bolsonaro desginó para sustituir a Mandetta en el ministerio de Salud, renunció después de menos de un mes en el cargo.
Aunque en una rueda de prensa no dio razones de su renuncia, Teich había criticado un decreto del presidente en el cual autorizaba la reapertura de gimnasios y salones de belleza.
7) Noticias falsas y promesas de curas milagrosas
Las promesas de tratamientos que "curarían" al Covid-19, también pueden haber dado la impresión de que el confinamiento obligatorio no era necesario, según los especialistas consultados.
La hidroxicloroquina, por ejemplo, fue anunciada por Bolsonaro como la solución de Brasil a la enfermedad. El presidente recomendó el uso de la droga, que aún no se ha demostrado científicamente que sea efectiva.
(Con información de BBC Mundo)