El pasado 5 de Enero, un avión de la empresa Alaska Airlines tuvo que aterrizar de emergencia en el aeropuerto de Portland, en el estado de Oregón, luego que en pleno vuelo se desprendiera de su fuselaje el panel que contenía una de las puertas de emergencia de la aeronave. Si bien esto motivó la alarma de tripulantes y pasajeros, nadie a bordo sufrió daño alguno. El desenlace puede considerarse afortunado para todos los involucrados, salvo para la empresa fabricante del avión accidentado, un ícono de la aeronavegación mundial: The Boeing Company.
Por Poder & Dinero
No se trata sólo de uno de las más grandes fábricas de aeronaves para uso comercial del mundo, sino también de un desarrollador de productos para las actividades militares y de seguridad nacional de los Estados Unidos. Esta doble faceta empresaria la han convertido en el mayor aportante de dólares a las arcas estadounidenses provenientes de exportaciones industriales. Pero una combinación entre política interna partidaria, regulaciones laxas y malas estrategias comerciales han llevado a Boeing a la peor crisis de credibilidad de su historia.
La mayoría de los analistas sitúan el inicio de esta crisis en los accidentes ocurridos en Indonesia en octubre de 2018 y Etiopía en marzo de 2019, que costaron la vida a 346 personas. En las dos tragedias, el modelo de avión involucrado fue el mismo, el 737 Max. En 2019, la Federal Aviation Administration (FAA) ordenó suspender todo tipo de vuelo con este avión y se realizó una revisión global del modelo y la identificación de un fallo en el software como la causa principal de los accidentes. La reacción no se limitó solo a la inmovilización de los aviones, sino que también desencadenó una revisión crítica por parte del Congreso de Estados Unidos, revelando defectos en el diseño y una cultura de encubrimiento tanto en Boeing como en la FAA.
Los recientes sucesos ocurridos a bordo del vuelo de Alaska Airlines, que hemos comentado precedentemente, vuelven a traer a la consideración pública la credibilidad, no sólo de un modelo de avión, sino de la marca Boeing en sí misma. Nuevamente la FAA ha ordenado suspender los vuelos con este tipo de aeronaves, lo que afecta gravemente la reputación del fabricante, su situación comercial y financiera y la de sus inversores (la cotización de sus acciones en la bolsa cayó un 9% luego que se conocieran los datos del accidente).
En Poder & Dinero estamos convencidos que la pérdida de credibilidad de Boeing no es causa de los reiterados accidentes en que se ha visto envuelto su modelo 737 Max. Por el contrario, pensamos que estos son consecuencia de una serie de decisiones políticas tomadas y acciones ejecutadas durante las dos presidencias de Barack Obama, que Donald Trump trató de revertir durante su paso por la Casa Blanca (cuando el daño ya estaba hecho y era casi irreversible como demostraron los accidentes de Indonesia y Etiopía) pero que han vuelto con toda su dañina influencia en la industria de la aeronavegación comercial con la llegada de Joe Biden a la Presidencia de Estados Unidos. No podemos descartar, y estamos convencidos que es así, que la propia Boeing tiene una cuota de responsabilidad en su propia crisis por haber impulsado muchas de esas políticas instaladas por los gobiernos demócratas mencionados. Tal vez con la intención de mejorar su posición frente a su principal adversario en los negocios, el consorcio europeo Airbus, políticos y directivos terminaron arrastrando a la empresa a una situación que la coloca ante el riesgo de pérdidas multimillonarias por una eventual cancelación de los pedidos en curso por parte de sus clientes.
Para explicar mejor lo que decimos y ampliar sus fundamentos, Sergio Berensztein y Fabián Calle, desde Poder & Dinero, han preparado un completo informe para El Político, esta vez con la colaboración de Franco Rinaldi, uno de los más destacados expertos en la industria de aeronavegación comercial de América Latina. Franco cuenta, además, con una amplia experiencia personal en el campo y la acción política, por ser Licenciado en dicha ciencia, lo cual lo convierte en un referente ideal para analizar las causas políticas, económicas y comerciales que desembocan en la delicada situación actual de Boeing.
A continuación les presentamos la primera parte de este nuevo informe, que incluye los siguientes temas:
The Boeing Company: crisis de credibilidad que golpea sus negocios, finanzas y reputación comercial. La amenaza de Airbus.
¿Qué representa Boeing para la economía y la seguridad nacional de Estados Unidos? Dólares para la balanza comercial, equipamiento militar para la defensa.
Boeing y Airbus dominan el mercado de fabricación de aviones. China se convierte en una amenaza en el segmento de hasta 100 pasajeros.
Boeing 737 versus Airbus 320: la batalla de los cielos por el control del mercado de fabricación y venta de aeronaves.
La Federal Aviation Administration (FAA) reduce los controles durante el gobierno de Obama para ayudar a Boeing en su "guerra comercial" con Airbus. Un fracaso que llevó a la crisis actual.
Festival de desregulaciones demócratas que relajan controles, golpean la confiabilidad de Boeing y llevan a la empresa a la mayor crisis de su historia.
¿Cómo se arma un avión? Millones de partes que requieren una gran logística y profesionalización. Dificultad para concentrar procesos eficientes.
¿Qué sucederá con las órdenes de compra emitidas por las aerolíneas que utilizan 737 Max? Este es el verdadero problema para Boeing.
Como hemos visto, la política no está ausente en los orígenes de la crisis de Boeing. Cualquiera fuera la intención de los gobiernos que decidieron resignar controles en la fabricación de aeronaves por parte de Boeing, para ganar competitividad frente al crecimiento de Airbus y China, equivocaron el camino. Un error con consecuencias trágicas, como hemos visto.
¿Se puede desde la política corregir el error cometido? Todo dependerá de quien sea el próximo presidente de Estados Unidos. A este tema vamos a referirnos a continuación. Sergio, Fabián y Franco se sumergen en las primarias republicanas y en el mar de dudas que rodea la candidatura de Joe Biden para las elecciones presidenciales de Noviembre 2024.
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