Diversas organizaciones de la sociedad civil mexicana denunciaron en Bruselas la persistencia de la tortura en México, según publicó DW
Por Redacción El Político
Las organizaciones de la sociedad civil mexicana acudieron a Ginebra en compañía del .
Las organizaciones precisaron que "más allá de lograr la justicia individual, nos interesa presentar el emblemático caso de Damián Gallardo para que trascienda y se pueda revertir la grave situación de los defensores de derechos humanos en México", dijo a DW Emily de Wolf, responsable de incidencia en el Consorcio Oaxaca, una de las organizaciones de la sociedad civil que participó en el recorrido junto a otras cien.
La ocasión fue propicia para presentar ante las instancias europeas el informe sobre la tortura que se acaba de consignar en Ginebra, de la mano del activista indígena Damián Gallardo.
Gallardo fue condenado injustamente a cinco años y siete meses de presidio. La actividad de las organizaciones y la presión internacional, incluida la de la delegación de la UE en México, incidió en su liberación, en enero de este año.
"En el Servicio Europeo de Acción Exterior expusimos lo mismo que ante el Comité contra la Tortura (CAT) de Naciones Unidas. Hicimos énfasis en el hecho de que no se ha puesto en práctica el actual marco legal mexicano", agrega De Wolf.
Por su parte, Gallardo indicó que interpuso una denuncia por tortura en el año 2014. "Pero a la fecha no hay respuesta ni avance".
"Mi caso fue considerado emblemático porque reúne todos los elementos que aplican en este tipo de situaciones, donde se practican detenciones sin órdenes de allanamiento. Ahí empieza un período de desaparición temporal ligado a la tortura física y psicológica", explica Gallardo, quien hasta su detención en mayo de 2013 llevaba años luchando por el derecho a la educación.
Detalló cómo se desarrollan los hechos: "Te detienen de manera violenta, te vendan los ojos y esposado te conducen a un lugar que no conoces, una casa clandestina. Te propinan golpes sofisticados para que no te dejen marcas; hay vejaciones, toques eléctricos (en los testículos y en otras partes del cuerpo). También es recurrente la asfixia con bolsa de plástico en donde sientes que tu vida está a punto de expirar. Y al final la tortura psicológica y emocional: te denigran hasta hacerte sentir que tu vida no vale nada y te hacen firmar un papel en blanco a cambio de no hacerle daño a tus familiares".
Entretanto, el gobierno mexicano sostiene que son casos aislados y que no es una práctica generalizada.
"Es una lástima que este gobierno mexicano mantenga la línea de los anteriores. Esto nos deja claro que la lucha contra la tortura no está en la agenda", lamenta Gallardo. "Por eso recurrimos a diferentes instancias, con el fin de lograr que el Estado mexicano reconozca la práctica y se aplique el estado de derecho se cumpla. Nuestra legislación es bastante buena, garantista; pero la realidad la contradice, es letra muerta. Tenemos que crear los mecanismos para que la ley se cumpla", subraya Gallardo.